martes, 13 de julio de 2021

lunes, 12 de julio de 2021

Juana Azurduy: heroína de la Independencia

A 241 años del nacimiento de Juana Azurduy.

Azurduy nació en la región de Chuquisaca, el 12 de julio de 1780.

“Juana Azurduy, flor del Alto Perú, no hay otro capitán más valiente que tu”, dice aquella canción que empezó a difundirse en 1969 y que, con la voz de Mercedes Sosa, visibiliza a una de las revolucionarias que combatieron por la independencia latinoamericana.

“Tierra en armas que se hace mujer”, dice otro de los versos, situando la región del Alto Perú en la que peleó Azurduy, guiada por su fervor revolucionario, su convicción libertaria y su acción guerrera, instalando y mostrando a la vez la presencia de la figura femenina en el territorio de la lucha.

Allí combatió, en la actual Bolivia, en esa zona que pertenecía al Río de la Plata, donde tuvo un rol protagónico y un lugar junto a jefes militares criollos como Manuel Belgrano, Martín de Güemes.

Azurduy nació en la región de Chuquisaca, el 12 de julio de 1780, y era hija de una indígena y un criollo. Se crió entre campesinos, aprendió a cabalgar con su padre y a hablar en quechua con su madre, a quien perdió siendo niña; años después murió su padre y su familia la envió a un convento, de donde fue expulsada. A sus 22 años se casó con Padilla y en 1809, cuando se produjeron los levantamientos independentistas de Chuquisaca, La Paz y Cochabamba, se sumaron los dos a la lucha revolucionaria.

Organizó junto con su marido el escuadrón “Los leales” y se incorporó al Ejército del Norte, liderado en ese momento por Manuel Belgrano, quien frente al valor y la garra de Juana en el campo de batalla, le entregó su sable como símbolo de reconocimiento y admiración.

En 1816 obtuvo el rango de teniente coronel de las milicias criollas que peleaban en el Alto Perú, la región defendida con más decisión por los realistas. Juana Azurduy organizó combates, preparó defensas, incursionó zonas ocupadas por el enemigo y arremetió sin miedo contra los realistas, a la par de sus compañeros de combate.

Tras haber perdido a sus cuatro hijos, enfermos y con hambre en medio del trajín de las luchas revolucionarias, continuó combatiendo con el dolor más inmenso, ese dolor que se iba a agudizar poco después, cuando los realistas decapitaron a su marido, momento en el que ella estaba embarazada de su quinto hijo, una niña, que nació en medio de los combates y a la que logró poner a salvo.

Vinieron luego los años en que Juana peleó junto a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes, el hombre que defendió la región de Salta y Jujuy y enfrentó con escasos recursos a los españoles, impidiendo su avance, hasta que lo mataron en 1821.

Es en ese momento cuando esta revolucionaria, que supo poner a la mujer en la primera fila del combate, se quedó sin rumbo, sin recursos y sin reconocimiento, aunque Simón Bolívar habría dicho en 1825, durante su visita a Bolivia, que ese país debería llamarse “Padilla o Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre”.

Revolucionaria de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de Bolivia, de América Latina, Juana Azurduy fue ascendida a generala 147 años después de su muerte, cuando el 14 de julio de 2009 la presidenta e la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, le confirió el grado de “Generala” del Ejército Argentino, durante una sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional, realizada en la ciudad boliviana de Sucre, donde reposan sus restos mortales junto a su sable, con la presencia de los mandatarios de los dos países hermanos.


Compartimos la canción de Juana Azurduy cantada por Mercedes Sosa 👇


Fuente: https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/307781-a-241-anos-del-nacimiento-de-juana-azurduy-heroina-de-la-independencia-efemerides

viernes, 9 de julio de 2021

9 DE JULIO: DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA


Después de la Revolución de Mayo de 1810, asumió la Primera Junta, el primer gobierno patrio del territorio al que se denominó Provincias Unidas del Río de la Plata.

Sin embargo, los españoles no aceptaron esta situación y comenzó una larga y costosa guerra. 

En 1816, aún faltaba declarar la independencia de España y de cualquier otro país. Con este fin, se decidió reunir un congreso en San Miguel de Tucumán con los representantes de cada una de la Provincias Unidas.

Para elegir el lugar en donde se llevó a cabo el Congreso Constituyente de 1816, se tuvieron en cuenta algunos factores, como que San Miguel de Tucumán quedaba aproximadamente en el centro de la región que abarcaban las Provincias Unidas del Río de la Plata y que, además, estaba protegida por el Ejército del Norte, que tenía allí su cuartel general. También se consideró la desconfianza que despertaba Buenos Aires en las provincias del Litoral y en la Banda Oriental.

En aquella época, no existían automóviles ni aviones que permitieran trasladarse rápidamente, sino que se utilizaban galeras y carretas como medios de transporte. Las carretas eran las que más tardaban, ya que eran tiradas por animales de carga, como mulas o bueyes. Las galeras, en cambio, tenían mayores comodidades, y eran tiradas por caballos. Desde Buenos Aires hasta Tucumán hay una distancia de 1.400 km y el tiempo de viaje podía alcanzar los 30 días.


Además de las largas distancias, algunos congresales de los que llegaron a Tucumán tuvieron que atravesar terrenos muy difíciles de recorrer. En el norte de la provincia se encuentran las sierras Subandinas, separadas por extensos valles y quebradas, como el valle de Tafí y la quebrada de Lules. En el oeste y el sur se extienden las Sierras Pampeanas, una zona de montañas de gran altura. Allí la vegetación forma una selva, conocida como yunga o nubiselva, porque siempre está cubierta de nubes. 


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¿Sabías que..😃

Un mes antes de la declaración de Independencia, la Luna fue protagonista de un fenómeno poco usual. El 9 de junio de 1816 se produjo un eclipse total de Luna. Un artículo de la época, publicado en La Prensa Argentina el día martes 25 de junio de 1816, refiere a las observaciones del eclipse realizadas por dos aficionados a la astronomía, Bartolomé Muñoz y Vicente López. En aquel entonces, había pocos científicos profesionales en el Río de la Plata. Algunos eran extranjeros europeos, y unos pocos eran criollos.

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Tras varios días de viaje, los representantes de las provincias llegaron a la ciudad de Tucumán. A falta de edificios públicos adecuados, se decidió que el Congreso Constituyente sesionara en la casa de Francisca Bazán Laguna.


Tras cuatro meses de debates...

 el 9 de julio de 1816 

declararon la Independencia 

de las Provincias Unidas de América del Sur. 

El acta de declaración de Independencia se difundió en el resto de las ciudades y fue traducido al quechua y al aymara.


VIDEO 👇


¡VIVA LA INDEPENDENCIA! 
¡VIVA LA LIBERTAD!

El Acta de la Independencia y la casita de Tucumán

¿Querés saber que dice el acta de la declaración de la Independencia? 
Mirá 👇

    


¿Sabés como era la casa de Tucumán? Mirá 👇

"Escondido" de Laura Ávila

Un cuento ambientado en la Tucumán de 1816, en los días del Congreso que cambiaría la historia de este país.


Lo que más le gustaba a Damiana era bailar. Cuando había tertulia en su casa, revoloteaba por entre los invitados hasta que se despejaba el patio para la danza.

Miraba bien los pasos de minué o de gavota y al día siguiente se escapaba a la laguna, en donde Emilio la esperaba con su guitarra.

Emilio era su vecino. Se habían criado juntos, con una casa de por medio, y en trece años de vida en común se conocían casi de memoria.

Tucumán era un pueblito escondido en la soledad del norte de las Provincias Unidas. Sus calles eran de tierra, y detrás de la ciudad se veía una lejana montaña con nieve en la cima, aunque a Damiana eso le parecía imposible porque ahí siempre hacía calor.

Por eso era lindo ir a la laguna. Las aguas devolvían reflejos frescos, había juncos y flores, y todo combinado con la música de Emilio hacía que Damiana tuviera ganas de bailar y se sintiera feliz de haber nacido en Tucumán.

Emilio tocó una melodía divertida que quedó flotando en el aire de la siesta.

–¿Qué baile es?– dijo Damiana.

No sé. Lo acabo de sacar de mi cabeza.

–¡Entonces puedo bailarlo como se me ocurra!

Y empezó a saltar haciendo castañetas con los dedos y girando llena de alegría.

Cuando volvieron al pueblo se encontraron con una cuadrilla de albañiles que entraba y salía de la casa que estaba entre las suyas, la de Doña Francisca Bazán.

Emilio trató de proteger su guitarra de la nube de polvo que se levantó cuando los albañiles tiraron abajo una pared.

–Debe ser por los congresistas –dijo–. Van a venir diputados de todas las provincias para declarar la independencia y dictar constitución.

–¿Y por eso están rompiendo la casa de las Bazán?

–No, aturdida. Están ampliando el comedor, para que entren todos cuando sea el Congreso.

Al llegar, los primeros diputados se ubicaron en las principales casas del pueblo. A la familia de Damiana le tocó uno que venía por La Paz, una ciudad del Alto Perú. Para su sorpresa, Damiana descubrió que se trataba de un porteño.

En la casa de Emilio se alojó uno de los diputados de Buenos Aires.

Esa tarde, los dos chicos se encontraron en la laguna.

–¡Son más porteños que provincianos! –dijo Damiana.

–Me pregunto por qué habrán elegido nuestro pueblito para su congreso.

–¡Porque es el mejor pueblo del mundo, bobo! –contestó Damiana, riéndose.

Emilio improvisó la tarde entera. Cada vez le salía mejor la melodía que había inventado, y Damiana se movía cada vez con más gracia, revoleando trenzas y polleras.

–La verdad es que me quedaría toda la vida viéndote bailar –le dijo Emilio, sintiéndose un poco tonto. Para disimular, la invitó a su casa a tomar el chocolate.

El diputado que se alojaba allí había salido, pero su empleado porteño, un chico de unos diecisiete años, estaba sentado en la mesa de la sala, copiando una carta. El sol le daba en el pelo, destacando su color castaño.

El chico levantó la vista y miró a Damiana. Emilio lo notó y sufrió un arrebato de celos. Por suerte para él, enseguida sirvieron chocolate con empanadillas. Emilio y Damiana comieron con gusto, pero el porteño no probaba bocado.

–¿No come usted? –se atrevió a decirle Damiana.

–Disculpe, señorita... ¿De qué están hechas?

–De batata pisada –respondió Emilio secamente.

El muchacho soltó su empanadilla frunciendo la nariz.

–Son algo... primitivas, ¿no?

–¡Son ricas! –dijo Damiana–. Parecen empanadas comunes, pero adentro tienen dulce... Un dulce escondido.

El porteño contempló a Damiana y terminó sonriendo.

Eso fue un infierno para Emilio. Sentía que odiaba al porteño aquel, a los diputados y, si lo apuraban un poco, hasta al mismísimo Congreso. Por eso se alegró el día en que Damiana, en la laguna, le dijo que el muchacho se volvía a Buenos Aires.

–Seguro que no vuelve más –dijo, muy triste.

–Si no se queda es porque es un engreído, chinita. Como todos los porteños.

–Pero yo quiero que se quede.

–Nunca viviría acá. Para él esto es un rancherío primitivo.

Damiana miró la laguna, las flores y la guitarra. Se le iluminaron los ojos de repente.

–¡Ya sé cómo hacer que se quede! ¡Pero vos me tenés que ayudar!

Al fin se reunieron casi todos los diputados. La casa de Doña Bazán estaba llena. Todo el mundo hablaba muy fuerte y al mismo tiempo, y en un rincón, Damiana y Emilio preparaban un plan.

–¿Le enseñaste tu canción a los otros músicos?

–Uf, sí. Pero te digo que no va a servir de nada, Damiana.

–¡Sí que va a servir! ¡Vos mismo decís que te quedarías la vida viéndome bailar!

–Sí, pero ellos no van a bailar nunca nuestra música.

Damiana le dio un codazo: la reunión política había terminado y se venía la tertulia. Ella se fue a su casa, se puso su mejor vestido y se dejó el pelo suelto. Cuando Emilio la vio entrar de nuevo en el patio de las Bazán, sintió que se le aflojaban las rodillas: parecía mayor, más linda, una auténtica moza tucumana.

El muchacho porteño también la vio y la sacó a bailar. Emilio tocaba la guitarra en la pequeña orquesta: interpretaban un correcto minué. Pero a una seña de Damiana, marcó otro tiempo y empezó a tocar la melodía que había inventado en la laguna. Todos dejaron de bailar, porque no sabían cómo atacar esa música nueva.

Damiana levantó los brazos y se acercó mucho al porteño, para después girar como escondiéndose y volver a la carga. El joven se quedó inmóvil, dejando sola a Damiana, que seguía bailando, cada vez más avergonzada, porque todos la miraban.

Finalmente el porteño se sentó. Los ojos de Damiana se llenaron de lágrimas y la falda de su vestido dejó de girar.

Entonces Emilio plantó la guitarra. Se levantó y se puso frente a su amiga, levantando los brazos como ella. Damiana lo miró, confundida. Su amigo de la infancia parecía más alto, y la miraba muy serio, cabeceándola para bailar.

Los músicos siguieron tocando su canción. Damiana dio un pasito y Emilio se adelantó. Había visto a su amiga tantas veces que podía seguirla con los ojos cerrados, sintiendo la música, girando al mismo tiempo que ella, deteniéndose de espaldas para que rondara en torno a él como una mariposa. La música expresaba todo lo que para él significaba Tucumán: su laguna, su cielo y Damiana.

Los concurrentes al Congreso empezaron a aplaudir, entusiasmados.

–¡Qué bello espectáculo! ¡Lo tenían escondido!

Emilio y Damiana seguían bailando. Eso estaba saliendo muy bien, como nunca lo habían pensado. Emilio desplegó una sonrisa y Damiana se la respondió. Cuando la música cesó, los congresistas aplaudieron. Emilio hizo una reverencia y los encaró:

–Esta es una danza del norte. Del norte que les da la bienvenida.

–Tengámoslo muy presente a la hora de votar –opinó un diputado franciscano–, para que ninguno de nuestros pueblos quede escondido.

Después se tomaron licores, se comieron empanadas y quesillos con arrope.

Damiana y Emilio no se separaron más.

El Congreso debatió durante meses y el 9 de julio proclamó la independencia de todas las Provincias Unidas.

El baile de Emilio y Damiana se llamó “escondido”, como escondido estaba el hermoso pueblo que vio este acontecimiento. Todavía puede bailarse hoy, como recuerdo de esos dulces tiempos en que soñábamos juntos nuestra libertad.

FIN

Publicado en la edición 4704 de Billiken

jueves, 8 de julio de 2021

"LA BALADA DE DOÑA RATA" DE CONRADO NALÉ ROXLO



Doña Rata salió de paseo

por los prados que esmalta el estío;

son sus ojos tan viejos, tan viejos

que no puede encontrar el camino.

Demendóle a una flor de los campos:

-guíame hasta el lugar en que vivo.

Más la flor no podía guiarla

con los pies en la tierra cautivos.

Sola va por los campos, perdida;

ya la noche la envuelve en su frío,

ya se moja su traje de lana

con las gotas del fresco rocío.

A las ranas que halló en una charca

Doña Rata pregunta el camino,

mas las ranas no saben que exista

nada más que su canto y su limo.

A buscarla salieron los gnomos,

que los gnomos son buenos amigos.

En la mano luciérnagas llevan

para ver en la noche el camino.

Doña Rata regresa trotando

entre luces y barbas de lino.

¡Qué feliz dormirá cuando llegue

a las pajas doradas del nido!

FUENTE: LILIANA CUENTO RODADO PLOS

miércoles, 7 de julio de 2021

"La isla del Tesoro" de Robert Louis Stevenson

El joven Jim Hawkins conoce en la posada que ha heredado de su padre a un viejo pirata. Juntos zarpan a bordo de la goleta Española en búsqueda de un legendario tesoro. Novela publicada en el año 1883.

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martes, 6 de julio de 2021

"ARRORÓ ELEFANTE" DE SILVIA SCHUJER


Ilustración: Nora Hilb

Arroró elefante

Arroró elefante

Grande como el mar

Un colchón de oleaje

Te ayuda a soñar.

Arroró elefante

Que con tanto espacio

Los mejores sueños

Llegaran despacio

Cerrá tus ojitos

En cunas saladas

Que la noche inmensa

Parece agotada.

Cerrá tus orejas

Y por un instante

Que el viento te acune

Con mano gigante

Arroró elefante

Grande como el mar

Un colchón de espuma

Te ayuda a soñar.

FUENTE: LILIANA CUENTO RODADO PLOS 

"Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez

La historia Platero y yo trata de un burro pequeño con un pelaje muy suave y blando, tanto que se puede comparar con la textura de un algodón. El corazón tan noble que lo caracteriza era querido por todas las persona a su alrededor, en especial por su joven mejor amigo. Es una narración en donde un niño y su querido amigo Platero, experimentan diversas situaciones a lo largo de la vida de este animal.

Un clásico de la literatura universal.¡Hermoso!

 

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viernes, 2 de julio de 2021

"Una conversación mojada" de Oche Califa

 Colección "Parques Nacionales, leelos, cuidalos, disfrutalos" 

 Es una colección  compuesta de 37 ejemplares que representan a cada uno de los 36 Parques Nacionales. 

Entre los textos publicados encontramos historias de animales y de plantas, en el final del cuento hay datos útiles acerca de un Parque Nacional, los animales, las plantas que viven allí.

Una colección de textos para saber que los Parques Nacionales son de todos, por eso los cuidamos entre todos. 

Hoy te presentamos "Una conversación mojada" de Oche Califa

 

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jueves, 1 de julio de 2021

"Las buenas y las malas del aguará guazú" de Oche Califa

 Colección "Parques Nacionales, leelos, cuidalos, disfrutalos" 

 Es una colección  compuesta de 37 ejemplares que representan a cada uno de los 36 Parques Nacionales. 

Entre los textos publicados encontramos historias de animales y de plantas, en el final del cuento hay datos útiles acerca de un Parque Nacional, los animales, las plantas que viven allí.

Una colección de textos para saber que los Parques Nacionales son de todos, por eso los cuidamos entre todos. 

Hoy te presentamos "Las buenas y las malas del aguará guazú"

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