Doña Rata salió de paseo
por los prados que esmalta el
estío;
son sus ojos tan viejos, tan viejos
que no puede encontrar el
camino.
Demendóle a una flor de los
campos:
-guíame hasta el lugar en que
vivo.
Más la flor no podía guiarla
con los pies en la tierra
cautivos.
Sola va por los campos,
perdida;
ya la noche la envuelve en su
frío,
ya se moja su traje de lana
con las gotas del fresco
rocío.
A las ranas que halló en una
charca
Doña Rata pregunta el camino,
mas las ranas no saben que
exista
nada más que su canto y su
limo.
A buscarla salieron los
gnomos,
que los gnomos son buenos
amigos.
En la mano luciérnagas llevan
para ver en la noche el
camino.
Doña Rata regresa trotando
entre luces y barbas de lino.
¡Qué feliz dormirá cuando
llegue
a las pajas doradas del nido!
FUENTE: LILIANA CUENTO RODADO PLOS
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